Hoy me despido de vos, Paraguay. Me despido de tus campos verdes infinitos y de tus caminos de tierra roja. Me despido del canto del pitogüé y del guyra tiri, de tus serranías sinuosas y de tus enormes y sabios samu’u.
Hoy me alejo del barullo de tus mercados, del dulce sonido de la lengua guaraní, de los gritos de las chiperitas, del olor a sopa y empanadas fritas.
La Navidad de 2017 me sorprendió en tierras brasileñas, y con mi nueva familia. Al terminar el Camino de las Misiones en Río Grande del Sur, Joel y yo habíamos llegado a dedo hasta...
Elena Sabella
Nací en Florencia (Italia) hace treinta y dos años
En mi vida he sido muchas versiones de mí, pero hoy lo que soy es un alma vagabunda, un corazón sincero en continua búsqueda de revolución. Llevo mi casa siempre conmigo, pero no me olvido de mis raíces. Lleno mi panza de plantas de todos los colores porque los animales son nuestros amigos y la tierra nuestra madre. Vuelo alto con mis sueños color verde y violeta. Viajo por el mundo porque tengo sed de conocimiento, porque quiero atrapar todas las bellezas de la Pachamama con mis ojos míopes y respirar el olor a libertad. Viajo para compartir con aquellos seres humanos que crucen mi camino, para aprender de elles y llevarme un pedacito de cada lugar y cada persona.
Amo la fotografía, los idiomas, los mapas, el olor a libros viejos, a pasto recién cortado y a café filtrado. Amo las risas fuertes y espontáneas que te llenan de alegría, las conversaciones largas y profundas y la sororidad.
Este blog empezó en 2016, cuando decidí que ya estaba harta de ver mi vida pasar mientras yo estaba sentada detrás de un escritorio, planeando y ahorrando para mi siguiente viaje. Si lo que amaba más era viajar, pues ¡quería pasar mis días haciéndolo! Mi aventura empezó con un billete de sola ida a Lima, y un plan sin planes. Dos años más tarde, ya no soy la persona que saltó en ese avión: es un viaje en continua transformación.
Después de más de tres años de viaje por Sudamérica, tuve que regresar a Italia a causa de la pandemia Covid-19.
A pesar de todo, ésta representa para mí una oportunidad única de explorar mi región y mi país.
El viaje ha parado, pero no va a ser por mucho 🙂
El viaje no está hecho tanto por los lugares, sino por las personas que se encuentran en el camino. Y ni mi viaje, ni yo hubiésemos sido lxs mismxs si no me hubiese cruzado con Joel, con quien compartí diez hermosos meses de viaje a dedo por Sudamérica. Así que no dejen de pasar por su blog Buenas Rutas!
